Texto publicado en PopMadrid el 28 de octubre de 2007
El primer disco de este quinteto malasañero es un disco de pop-rock español, muy variado, que cruza sin complejos de lo manchesteriano a lo indie o de la psicodelia setentera al electropop, todo ello recubierto de guitarras y maquinitas y con una temática única -a la manera del ”Ziggy Stardust”- de naves espaciales, futuro opresivo, ciudades y soledad; en definitiva, «Blade Runner».
Si en la hoja de promoción pone que son un cruce entre David Bowie, Stone Roses y Radio Futura no van del todo descaminados, ya que eso es el disco, solamente que el abuso de la mezcla a veces les lleva a rozar el típico pop-rock español, lo que significa caer de lleno en Pereza o M-Clan, que es cuando resultan menos creíbles. Otras veces, en cambio, esa mezcla no se corta y Surfin’ Bichos aparecen en el horizonte.
Cuando son más interesantes Turistas espaciales es cuando sacan la psicodelia a paseo, como en La serpiente en mi boca, quizá mi favorita del disco, que con esos guitarrazos, el inevitable órgano y esa forma de cantar recuerdan a Los Negativos de ”Piknik caleidoscpico”. También Pastillas contra el arrepentimiento, menos acelerada que otras, ayuda a elevar el nivel del disco a bastantes pies del suelo.
Otra de las secciones de ”Telepatía astral para gente normal”, que podría llamarse indie, les lleva a hacer canciones estupendas, como Mi meteoro favorito, que está cantada de la misma manera que Nada debería fallar de La buena vida, y que es una canción pop casi perfecta; otras, como Maniquí o Demasiado cerca no interesas, con Mánchester en el punto de mira, recuerdan a unos Deneuve sin -menos mal- la abrumadora biblioteca de los cordobeses.
Un interesante disco de debut, con diferentes e interesantes engaæos, que mejora con las escuchas.