Archivo por meses: junio 2009

Sky Saxon, homenaje en dos vídeos

Texto publicado en PopMadrid el 30 de junio de 2009

Los garajeros también tienen su corazoncito y el otro día, casi a la vez que Michael Jackson y Farrah Fawcett Majors pero sin tanto show, murió en Austin el cantante de los míticos The Seeds, Sky Saxon, que puso voz a obras maestras como Can’t Seem to Make You Mine o (You’re) Pushin’ Too Hard.

Que descanse en paz un genio capaz de decir cosas como esta:

Well, I think you could retire when you die. I don’t, however, believe in death, so I guess I
will retire when I leave my body. But I plan to continue writing and performing in heaven. It
is my mission.

Un par de vídeos para recordarlo. (You’re) Pushin’ Too Hard:

Mr. Farmer:

Single «Mr. Shoji» (Elefant 09)

Texto publicado en PopMadrid el 30 de junio de 2009

Una única canción nos regala Single en su nuevo trabajo, «Mr. Shoji», con una cara músico-vocal y otra instrumental. Única canción que se antojaría rácana si no fuera tan irresistible, como, por otra parte, es casi todo donde meten la mano Teresa Iturrioz e Ibon Errazquin.

Mr. Shoji pertenece a la vertiente más bailable de Single, rebosante de ruiditos y ruidos, caballos y pájaros, mujeres y hombres, mezclando la música popular con raggamuffin y con blues, sacando del armario el japonismo ingenuista, serenidad y latidos, electrónica amable, distancia, y pop de siempre. En de nitiva, «yo y míster Shoji tenemos un asunto».

En la cara B desaparece la voz de Teresa, que queda en la memoria, para dejar paso al desmadre dub de Ibon, que borda, como siempre, la bailable de las canciones de Single.

Mr. Shoji es una pequeña joya, y más con el retrato fumanchú de Teresa en la portada a cargo de Javier Aramburu, que no hace más provocar ganas de tener en las manos otra canción, la siguiente, quizá otro single, otra canción suelta, para así dar seguro en la diana y no depender de los altibajos de un disco con una docena de canciones.

Green Day: Bon Jovi del siglo XXI

Texto publicado en PopMadrid el 29 de junio de 2009

Esta mañana he escuchado la nueva canción de Green Day, 21 Guns, sacada de su nueva ópera rock «21st Century Breakdown». Tampoco es que haya sido muy seguidor del grupo de Billie Joe pero su fagocitación por parte de la gran industria es espectacular. Aunque sigan con parafernalia combativa y tengan el eyeliner más tatuado que Concha Velasco su lunar, hoy en día no son más que un simple grupo de AOR norteamericano.

No se parecen en nada, pero Green Day recuerdan un poco a Bon Jovi, que de tocar con Iron Maiden a mediados de los ochenta pasaron a ser una especie de versión de Céline Dion con pantalones de plástico, aunque con el mismo peluquero.

Ahora que Green Day han aprendido a leer y ya se creen intelectuales se dedican a sacar discos conceptuales y óperas rock, aburriendo a las ovejas y llenando estadios. Y empieza a causar vergüenza entre los roqueros que tus amigos vean que tienes todavía en la estantería algún disco de Green Day, corriendo a ocultarlo al lado del los discos de Demis Roussos y los de Avril Lavigne que, por qué no decirlo, son mucho mejores que los discos de Green Day. Escuchemos la maravillosa Cama de rosas, por Bon Jovi: 

Serpentina y La Bien Querida

Texto publicado en PopMadrid el 21 junio de 2009

Acostumbrados al soserío o borderío de todas las cantantes uno se sorprende cuando encuentra a María de Serpentina sobre un escenario. No solamente canta las canciones una detrás de otra, como todas las demás, si no que las interpreta, algo que casi ha desaparecido. Se expresa en el escenario como una cantante clásica -con clásica me refi ero a Édith Piaf o, por qué no, Paloma San Basilio– y eso es muy de agradecer. Quizá el repertorio de Serpentina en directo no puede sostenerse del todo sin esas dramatizaciones, aunque muchas de las canciones sean brillantísimas. Ayer nos regalaron muchas de sus mejores canciones y, en un fi nal de concierto apoteósico, encadenadas Si no fuera porque… de Cecilia, Gainsbourg y su La chanson de Prévert y Volverte a ver de Rocío Dúrcal. Tras este fi nal había pocas
oportunidades para La Bien Querida de superar a Serpentina.

Pero La Bien Querida hizo un gran concierto, aunque al principio el sonido fuera demasiado atronador y ella, a pesar de su simpatía, cantara todas las canciones mirando al techo. Pero nadie puede resistirse a eso de «No hago otra cosa que pensar en ti. Que tengas claro que no voy a competir. A tus amigas se lo digo desde aquí. Las olimpiadas no se hicieron para mí». Las canciones más intrumentadas en el disco me gustaron más en directo que las más desnudas, a alguna su roquerización no le sentaba bien. Sí que me encantó la versión casi a lo Talulah Gosh de 9.6, que fue lo mejor del concierto.

De Vito in bitter pink

Texto publicado en PopMadrid el 20 junio de 2009

Calor infernal. Nunca había estado en Clamores, nunca le he hecho mucho caso a Luis Pastor. Me sorprendió el ambiente decadente de Movida Madrileña y olor a tabaco. Saltos del tiempo. Pero unos cuantos portátiles en el escenario te colocaban en esta década. Satanás, para joder, se lo comentó al alma de Hilario Camacho y le subió un par de puntos el grill. El calor y el olor a chamusquina llegaba hasta el escenario.

De Vito se movían tanto que daba más calor todavía. Yo no podía moverme al estar castigado por los camareros a tomarme un cubo de agua cada vez que me pedía una copa. Si el sonido era un poco embarullado, todo se olvidaba con la actitud del grupo. No conocía las canciones, hubo momentos en que no sabía si cantaban en español o en inglés. Sonó Debaser, eso sí. La poca gente que estábamos bailaba sin parar ese eletro pop punk post dance bastante irresistible. Creo que sonó también una de Niños del Brasil, me dijeron, yo ni idea. De Vito son muy buenos en directo. Ian Curtis vestido de pitufo. Juanan bailaba. Y todos esperábamos a un gigante que no llegó. Mientras Carlos y Sole vigilaban que me bebiera el agua The Jau One planeaba su excursión del domingo al Matadero.

Me fui, como siempre, el primero, para coger el taxi con el depósito más lleno, y el tío se equivocó y me llevó por Goya en vez de por Juan Bravo. No le dije nada. Creo que volveré a ver a De Vito en invierno. Luego, a Cárol le robaron el móvil, me acaban de decir. Me levanté mareado. Silverstone. Ahora me voy a ver a La Bien Querida. Ojalá haya piquetes del Sonorama. El día de la marmota. Mañana escribiré esto mismo sobre el concierto de La Bien Querida, pero cambiando las frases de sitio, y en la foto, en vez de un bigote, una falda. Tengo que llegar pronto, que no me quiero perder a Serpentina.

Jeanne Moreau canta Le Tourbillon

Texto publicado en PopMadrid el 16 junio de 2009

Jeanne Moreau, con las mejores ojeras de la Creación, tiene una canción que me fascina, Le Tourbillon, canción que canta en «Jules et Jim», película maravillosa que acabo de recomendar en Partigi, y donde la Moreau sale más guapa imposible cantando eso de:

Elle avait des yeux, des yeux d’opale,
Qui me fascinaient, qui me fascinaient.
Y avait l’ovale de son visage pâle
De femme fatale qui m’fut fatale.
On s’est connus, on s’est reconnus,
On s’est perdus de vue, on s’est r’perdus d’vue
On s’est retrouvés, on s’est réchau és,
Puis on s’est séparés.


Tengo luego por ahí un ep del año 1964, con canciones, como Le Tourbillon, de Cyrus Bassiak, que tiene joyas como Embrasse moi o La vie de cocagne, y que lleva ya varios años de cuerpo presente en una de los estantes de mi biblioteca, compartiendo presencia delante de los libros con una vieja edición de «Jusep Torres Campalans» y «Jimmy Corrigan», en la que la Moreau sale mordiéndose una uña mientras fuma. Nunca nadie ha hecho más por el consumo de tabaco
que portadas como esta. Nadie ha fumado como ella.

Conecta 4 «Ya no estás solo» (Conecta 4, 09)

Texto publicado en PopMadrid el 16 junio de 2009

De las ruinas de fluor kin llegan desde Castellón Conecta 4 con su ep autoeditado de cinco canciones «Ya no estás solo», grabado por Coky de Los Reactivos en los estudios Rockaway.

Pop, power pop, indie pop, eso es Conecta 4 y eso es «Ya no estás solo», que ya desde la primera canción, Sin ticket, nos muestra lo que va a ser todo el disco, melodías, voces y guitarras cristalinas, intensidad pop, Teenage Fanclub, con historias de juventud y búsqueda de nuevos caminos. Más clásico (y, claro, mejor) imposible. Sigue todo igual en Luces, con la voz más oculta por las guitarras, que aquí toman más aire y descargan más rabia, powerpop melódico bien producido que gana todavía más con el aire de diy que impregna todo el disco.

El disco sigue con Me ves raro, donde la cosa se relaja más, acercándose a la melancolía de algunas canciones de La Granja, «La primera calada de la mañana, que siempre mareaba, se acaba de esfumar». Quizá sea la mejor canción del disco. Las dos últimas canciones, Faltan palabras y Distintos, varían hacia terrenos menos preciosistas, Zodiacs y Mr. Snoid, que dan otro perfi l -siempre dentro del mismo género- al grupo, lo que hace ganar en profundidad al disco.

Buen debut de Conecta 4, sin publicidad en su coche, pero que cuenta con el difusor de sus grandes canciones para superar a muchos idolillos de la escena pop patria.

Elogio de los pellejos de España

Texto publicado en Antigourmet el 14 de junio de 2009

No, no, esta vez no vamos a hablar de la vicepresidenta y sus pelos a lo Limahl, este post se refiere a otros pellejos, los de vino. Acabo de terminar ”París”, el libro del pintor José Gutiérrez Solana que ha editado -magnficamente, como siempre- La Veleta con los apuntes sobre París que tomó el pintor durante su huída de la Guerra Civil en 1938 y 1939 y que hace poco compró a sus herederos, que habían guardado una maleta con estos cuadernos durante cincuenta años, el Museo Reina Sofía.

Solana, sin juntarse con los otros exiliados, durante dos años recorre la ciudad y toma apuntes en unos cuadernos con su estilo cazurro y directísimo, del que Cela bebería tanto, encontrando un París ramoniano de piedras negras y pobreza que casi nadie ha retratado, comparando casi todo lo que ve con su querido Madrid. En su visita a la rue des Boulangers en el distrito 5 se encuentra con toneleras y tiendas de vino. Aquí su comentario:

”Lo que vemos con extrañeza es que en Francia no se emplean los pellejos de vino, sólo los toneles y las barricas. Aquí podríamos hacer el elogio de los pellejos de España donde viene el vino, de los pellejeros de Madrid, de la calle de Toledo y de la Cava Baja, de los pellejos de mosto de los pueblos de Madrid: Arganda, Móstoles…, y podríamos hacer el canto de los vinos españoles de Valdepeñas, de la Mancha y de Haro, de sus pellejos, de la fama de que éstos dan buen sabor al vino y parecen un hombre mutilado, y de las botas de vino, hermanas de los pellejos, que se llevan a los toros y que cuelgan de las tiendas de los boteros de los pueblos de Castilla, de esas tiendas bajo los arcos de la plaza mayor de los pueblos de Castilla.”

¿Hay algún sitio en el que todavía se usen pellejos para almacenar el vino? ¿A qué espera alguna de las modernas bodegas españolas a volver a los pellejos? Se harían de oro con esta nueva vuelta atrás plenamente esnob. ¡Qué grandísimo escritor es Gutiérrez Solana!

Elle Belga «1971» (Acuarela 09)

Texto publicado en PopMadrid el 10 junio de 2009

La frase de la hoja de promo «Aquello que hagamos deberá poder ser silbado» es lo que mejor puede de nir el planteamiento de «1971», primer trabajo como Elle Belga del ex Manta Ray Josele García con Fany Álvarez, un disco de nanas adultas que contiene algunos frutos pop realmente sabrosos y de coloridos diversos, pocas veces vistos por estos lares.

Más cerca de las canciones populares de Lorca, en su encarnación existencialista a cargo de María Boix en los sesenta, por ejemplo, que de barbudos y circunspectos representantes de la americana más actual, continúan el camino adivinado a principios de los ochenta por grupos como La Búsqueda, con sus cinematográ cas trompetas y su épica de terrenos áridos y, sobre todo, por Claustrofobia, verdaderos reyes del romancero heterodoxo.

Magní cas canciones como Cada día o Todas las cosas bucean en unas aguas de folk adusto -cerca a veces de Lucas 15-, donde Leonard Cohen no estaría incómodo y con las inevitables Vainica Doble como verdadera guía, Elle Belga hacen la banda sonora de un spaguetti western en donde los vaqueros podrían cambiarse por bandoleros, como en La nana de la mora, donde Ana D parece trasladada al desierto almeriense. Otra de las joyas del disco es La reina, en la que su belleza de country adormilado se refuerza con unos coros que parece que Los Iberos hacen a Mocedades.

Quizá en otros momentos se tensa demasiado la cuerda y se abusa de los bosques y la brujitas, saltando de la iconografía de La Dama se Esconde al medievalismo infantil de Prin’ La Lá y, más peligrosamente, a Rosa León o a lo mejor de la obra de Mecano. Pero son los menos momentos, ya que Claustrofobia vuelve a agarrar la verdad en Escóndete o El tiempo.

Elle Belga han hecho con «1971» un disco desubicado, lo que le da valor, pero en el que el mayor valor es la libertad con el que está hecho y la calidad de la mayoría de las canciones.

All My Little Words en Game Boy

Texto publicado en PopMadrid el 9 junio de 2009

En el trenecito de enlaces que es internet, ayer viendo el Twitter de PopMadrid salí al de nuestra gran bloguera Ortega y Cassette y de ese salté al de Anntona, y del Twitter de Anntona llegué a la meta, [4]YouTube, cubo de la basura de todas las necedades planetarias, donde un niño con el pelo medio a lo Zac Efron (ese pelo de moda cuyo origen debería ser uno de los orgullos de nuestro país, ya que lo inventó la chavalería pija que pulula por los alrededores del Vips de la calle Serrano de Madrid) tocaba con la Game Boy una versión de la mejor canción de los Magnetic Fields, All My Little Words, con un programita llamado Little Sound DJ (LSDJ). Y suena bien. Realmente, como es algo de internet, no sé si es un montaje o una estafa, porque el niño parece que da a los botones aleatoriamente, y no sé cómo entonces toca la canción. Pero bueno, mola un montón, y si es un fake, mola mucho más.

«Not for all the tea in China. Not if I could sing like a bird. Not for all North Carolina.
Not for all my little words. Not if I could write for you. The sweetest song you ever heard. It
doesn’t matter what I’ll do. Not for all my little words.»