Texto publicado en PopMadrid el 31 de enero de 2008
”Twistin’ & Gone” es un disco de country rock, americana, rock de raíces, o como se diga, y es un buen disco. Aunque por el envoltorio más parezca un disco de algún oscuro grupo de música étnica en su vertiente africana, el contenido es más estadounidense que un mapache. Doce canciones en las que mezcla y baten rock sureño, pub-rock, country, calypso o cabaret, encontrándose cómodos en todos ellos, aunque sea en las canciones de country rock en las que parecen disfrutar más.
Empieza este disco de Holidays in the Sun con un buen tema mezcla de new wave y pub rock bastante sureño, I’ll stand in line, para lanzarse en el segundo tema, gracias a la soberbia armónica de Guy Hedgecoem hacia el country más agresivo, y llegar a la tercera canción, Never back down, una bossa puramente Chucho con un cierto aire setentero formando un terceto de canciones realmente atractivas. Por el contrario, Phone, la cuarta canción, con unos cambios de ritmo ochenteros no muy bien encajados y el modo de cantar de Taylor acercándose peligrosamente al del bueno de Jim Morrison, baja un poco el nivel. Los otros momentos atractivos del disco son la séptima canción, Waking Up, un extraño y precioso calypso desestructurado y la sexta canción, Trail of disaster, que navega por el country rock más sereno, y en las que Wilco, cómo no, llama a la puerta.
En el resto del disco la variedad sigue siendo la norma, desde asomos de blue grass, a valses, o un extraño cabaret vaquero habitado por Nacho Vegas y Neil Diamond, o por Vaya con Dios y Tom Waits. Hacia el final, otro de los grandes momentos, Tonight, con una melodía y un desarrollo en la canción desde la mitad hasta el final espectacular, épico y vibrante, que creo que cuantas más escuchas tenga poco a poco irá convirtiéndose en el mejor momento del disco, y que seguro que en directo en lo mejor del concierto. Tras Tonight, solamente esperar un ratito y un precioso instrumental termina la grabación.
Holidays in the Sun y su ”Twistin’ & Gone”, con sus guitarras y su armónica, con sus melodías y su épica controlada, han conseguido un disco que ya querrían para sí muchos grupos con más nombre, pero menos estilo.
Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi! Esta primera entrega de la tercera encarnación de Fernando Alfaro no se sale del camino que desde hace veinte años lleva labrando el magnífico compositor albaceteño. Habrá cambiado su nombre, ahora, o alguno de los músicos que le acompañan, pero la música sigue siendo ese áspero rock americano que Alfaro borda.
Todo en ”Sospechoso tren de vida” es perfecto, desde las viñetas de Juanjo Sáez que lo adornan hasta la última frase de la última canción ”Vuelven las chicas al probador, cambian sus bragas por bañador”. En clave barcelonesa, Los Carradine completan con su pop-punk el arco que comienza a principio de los ochenta con el mod-punk de Brighton 64 y que continuarían a mediados de los noventa TCR con su tonti-punk de ”Paro, siesta, das de fiesta”, con los que comparten toda la socarronera política que inunda ”Sospechoso tren de vida”, en la que no dejan títere con cabeza, y que también bebe, por supuesto, de grupos tan solventes como Siniestro Total, Violent Femmes o Jonathan Richman & The Modern Lovers.
Editado este disco de 2006 en España hace ya varios meses, es hoy cuando en todas las grandes superficies aparecen displays con la esmirriada imagen de la cantante de Enfield. ”Back to Black” es un disco raro en cuanto es de un género musical de glorioso pasado pero del que casi no salen nuevas grabaciones importantes, y que quienes casi obligatoriamente deberían practicarlo se entretienen hoy recitando textos o bailando frenéticamente. Y en estas llega una inglesa blanca, mezcla de Billie Holiday y de Lauryn Hill, como dice Allmusic, y se marca un disco de arqueología soul intachable.
”Miniaturas” es el disco más secreto del año y uno de los mejores. Secreto por muchas cosas, fuera del propio disco por haberse dado a conocer poco a poco, casi de amigo a amigo, hasta alcanzar el reconocimiento casi unánime que se merece; y dentro del propio disco por su discurso simbolista, aunque si uno no sabe las claves del misterio el disco es igual de disfrutable gracias a su belleza arrolladora. Discurso simbolista que comienza por esa misteriosa portada de Nueva Figuración Madrileña oscurecida, un poco Pérez Villalta, que tienes que acercar bien a los ojos para ver en toda su extensión.
Ayer escuché la sexta canción del ”Bloodshot Records Sampler 7” una docena de veces. La canción es de un grupo de Chicago que no conocía, The Scotland Yard Gospel Choir, y está en su segundo disco, editado este año. La canción se llama Aspidistra, y es la primera que está en su MySpace: