Texto publicado en PopMadrid el 19 de mayo de 2008
Releo el catálogo de la antológica de Ángel Mateo Charris que hubo en el IVAM en 1999 y no sé por qué me viene a la mente ”Songs From Northern Britain” de Teenage Fanclub, solamente un par de años anterior a la exposición del artista de Cartagena. Toda la imaginera fotográfica del disco de TFC está en la obra de Charris de esos años, las ferias y atracciones cerradas, sin gente, paisajes hopperianos -martimos y mediterráneos en Charris y interiores y británicos en los escoceses-, llenos del frío-calor del que se llenan la boca los deprimentes cocineros estrella.
Y, claro, he puesto el disco, mientras intento que la casa entre en calor para evitar el enfriamientocalentamiento global de mis pies y nariz, que ahora mismo parezco uno de los personajes de los cuadros de la exposición Blanco de Charris, que vi en la Casa de Vacas hace ya cinco años y que me convirtió, al igual que cuando escuché ”Grand Prix” con TFC, en seguidor del pintor. Qué bueno es ”Songs From Northern Britain” -ahora suena Speed Of Light-, es uno de los discos más relajantes, que mejor me hacen sentir que tengo. When the wind’s around you blowing, Don’t forget to let your feelings go.
Ya voy por la segunda escucha, aunque antes del 1 he puesto de nuevo Speed Of Light. Entre ”Bandwagonesque”, Biblia para visionarios como fernandoleon (”Bandwagonesque es mi disco favorito de TFC y entre los siete favoritos de todos los demás grupos del mundo y de la historia de la música popular”), o ”Grand Prix”, libro de la Verdad para conocedores como Luis (”Bandwagonesque no le llega ni a la suela del zapato a Grand Prix”), yo creo que me quedo con la tercera vía, ”Songs From Northern Britain”. Bueno, vale, ya, me voy a ver CSI.
”Baste decir que somos unos de esos creadores empeñados en lanzar su avión de juguete a un cielo plagado de aviones de juguete». Ángel Mateo Charris