Texto publicado en PopMadrid el 28 de febrero de 2009
«No mires atrás» es el tercer disco en el siglo XXI de Kikí D’Akí, tercer escalón de la resurrección que sigue dominada por las estructuras e historias creadas por Sergio López de Haro y la personalísima voz de María José Serrano, esta vez con la esponjosa producción de Antonio Galvañ, que traduce mejor los pensamientos de la pareja que la desorbitada producción de Guille Milkyway en el anterior disco, disco que, por el contrario, tenía mejores canciones o, por lo menos, algunas destacaban de una manera más clara sobre el resto.
No puede empezar mejor el disco, con el pop sin aristas de El otro día, canción submarina un tanto ajena a las típicas estructuras de las canciones del grupo, pero que trae perspectivas nuevas al modo de cantar de Kikí. Sigue el disco con Azul, que ya entra más en lo que uno espera de la cantante, hablando desde la madurez del pasado perdido y de un presente en vías de desaparición, como hace tiempo, exactamente desde que se retiró Cristina Lliso, nadie cantaba, y con las omnipresentes Vainica Doble en la guantera.
Cumpleaños feliz vuelve al pop clásico, plena de frescura en el sonido, aunque la amargura no deje paladear del todo el pastel. A pesar de su solvencia se coloca la cuarta en la clasicación de canciones de cumpleaños tras Puertas abiertas, Maldito cumpleaños y Cumpleaños total. Más galvañiana, cabaretera y parisina es Domingo, dos minutos y medio que valen casi por todo el disco, y que acompaña a la canción que cierra el disco, La música, en los ambientes pianísticos y de chanteuse madura que tan bien sientan a María José, y que son lo mejor de todo el disco. «Yo sola no podré, quizás entre los dos, (la música) vuelva a aparecer».
Otros momentos del disco, como la belleza de Cuando llueve y su regusto a La Mode, el tecnopop de manual de Sola, la magnética y metálica paraversión de Cara de gitana llamada en este caso Lejos o Historias de detectives y su historia de amor, juegos y literatura, hacen de «No mires atrás», con sus claros altibajos, una muy digna continuación en la obra de Kikí D’Akí, un disco muy disfrutable.