Texto publicado en PopMadrid el 26 de marzo de 2009
Seis canciones tiene el nuevo disco de The New Raemon, «La invasión de los ultracuerpos», maravilloso vinilo de 10″ nacido como continuación de uno de los mejores discos del año pasado «A propósito de Garfunkel». Como este, cuenta con el sofisticado diseño de Martín Romero.
No sé si este nuevo minielepé está compuesto por descartes de «A propósito de Garfunkel». Al principio, en la cara A, da la impresión de que no, o de que si son descartes bien podían haber estado perfectamene en el disco de larga duración, porque tanto Sucedáneos como la versión de Nueva Vulcano, Mano izquierda, arrojan tanta o más frescura que las canciones anteriores -frescura en todas sus acepciones, caradura, moderadamente frío, recién hecho, sereno, no congelado, descansado o desendadado-, que siguen llenas de melancolía y acústica, y que también siguen acabando con Ramón gritando el estribillo «soy un sucedáneo», como ocurre en muchas otras canciones del grupo. Hasta la versión, con segundos sentidos de frases como «Pintan sus casas antes de las estas, yo no… pinto nada» cuadran a la perfección con la filosofía de The New Raemon. Gran versión.
Pero el disco va más allá al darle la vuelta, descubriendo un The New Raemon mucho más oscuro y repensado, menos pop. Al apagar esa luz el grupo vegeta en Cumpleaños, preciosa salmodia de tristezas y heridas o en Tiembla Dublín, donde las Fotos del ayer reaparecen de nuevo como imagen recurrente en el rock. Acaba el disco con No fastidies, pequeña y divertida boutade en la que Ricky y Ramón hacen su Don Pepito y don José en clave adulta y cabaretera.
Esta doble cara del grupo da más ganas de conocer nuevas canciones, a ver si van por la pradera brillante por la que suelen ir, o siguen asomándose a nuevos abismos. De lo que no cabe duda es que un disco que contiene Sucedáneos, Mano izquierda y Tiembla Dublín merece todo el respeto del mundo.