Texto publicado en PopMadrid el 9 de diciembre de 2007
”Oblivious” en un disco de pop clásico con pequeños experimentos en otros géneros; fijándose en los dos grandes pilares del género, The Beatles y The Kinks, Paul Davy consigue un disco muy agradable de oír y con un nivel medio en las composiciones realmente alto, en donde no destaca una canción sobre otra, lo que también hace, por lo tanto, que no haya ningún tema que te cambie la vida al escucharlo.
El disco empieza con la primera sorpresa, un blues pantanoso, que con la voz blanca de Paul resulta extraño a la vez que sofisticado, para pasar luego al centro de la obra, ese pop de raíz beatle pasado por el tamiz o, mejor, espejo, de Oasis y que, con la voz tan Ray Davies de Paul, más parece un disco cantado por ese marciano llamado Malcolm Scarpa con reflejos del gran Steve Wynn. Toda esa parte del disco, con canciones realmente de mérito, como ese folk florido con final soulero llamado Till I Awake, o la segunda canción, Time and Time Again, que, a pesar de un tedioso solo de guitarra, logra, por momentos, emocionar, son la parte más brillante de la obra. También rondan la perfección Davy Boy y I have the Proof, quizá la mejor canción del disco, con una preciosa guitarra y unos toques manchesterianos que la diferencian del resto.
Además de la primera canción, en el apartado de rarezas se pueden meter un reggae británico y una extraña cancin de rock gótico sin eyeliner, que pegara más en el repertorio de Evanescence que en este disco, pero que en ningún momento rechina dentro del disco. Luego están las canciones en español, rarezas por estar cantadas en nuestro idioma, pero estilísticamente dentro del núcleo duro del disco; en la primera, la preciosa Recuerdos corrompidos, se parece cantando por su acentazo al mítico singers singer Matt Monro y su Alguien cantó con su silabeado tan característico. La otra en español es un poema musicado cantado a dúo con una chica, un buen final para un disco interesante que hace querer más.