Archivo de la categoría: PopMadrid

Pigmy ”Miniaturas” (Junk, 07)

Texto publicado en PopMadrid el 12 de enero de 2008

”Miniaturas” es el disco más secreto del año y uno de los mejores. Secreto por muchas cosas, fuera del propio disco por haberse dado a conocer poco a poco, casi de amigo a amigo, hasta alcanzar el reconocimiento casi unánime que se merece; y dentro del propio disco por su discurso simbolista, aunque si uno no sabe las claves del misterio el disco es igual de disfrutable gracias a su belleza arrolladora. Discurso simbolista que comienza por esa misteriosa portada de Nueva Figuración Madrileña oscurecida, un poco Pérez Villalta, que tienes que acercar bien a los ojos para ver en toda su extensión.

”Harold y Maude”. Esa me parece la clave del disco, y es que ”Miniaturas” parece la banda sonora de la obra maestra de Hal Ashby, si Cat Stevens no la hubiera bordado él solito. Toda esa corriente de medievalismo folk de los años setenta recorre el disco, con un vitalismo que a veces provoca sonrojo y un humor blanco con toques surrealistas que ya quisiera para él Refree, y que hunde sus raíces en las incontestables Vainica Doble, en Sisa, o en Sr. Chinarro.

Poco se puede decir de las canciones, asombrosas casi todas, pero que en algunos casos rozan la perfección, como en las cuatro centrales del disco, Válsamo, Hoy, Todos felices y Lantana. Válsamo, que comparte con Corazón el amor por Simon & Garfunkel; Hoy, que parece una versión de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán realizada por los más melodiosos La Granja, y que tiene un final cabaretero cantado en falsete realmente inolvidable; Todos felices, quizá con una letra más fácil que las demás, cantada con aquella tensión despistada de Jone de Le Mans, y que comparte también vocalizaciones y temática con los olvidados Totem; y Lantana, bellísima canción, que cierra el cuarteto de obras maestras, llamando para ello a los jefes de la psicodelia, Los Negativos, para que mezclar aquella inolvidable Cigarras Panameñas con los mejores momentos de soft-pop de, por qué no, José Luis Perales, y crear una canción redonda.

”Miniaturas” es un clásico, un disco perfecto, del que seguiremos hablando dentro de veinte años, por lo intemporal de sus canciones y, sobre todo, por la belleza de éstas.

The Scotland Yard Gospel Choir: Aspidistra

Texto publicado en PopMadrid el 12 de enero de 2008

Ayer escuché la sexta canción del ”Bloodshot Records Sampler 7” una docena de veces. La canción es de un grupo de Chicago que no conocía, The Scotland Yard Gospel Choir, y está en su segundo disco, editado este año. La canción se llama Aspidistra, y es la primera que está en su MySpace:

www.myspace.com/scotlandyardgospelchoir

Aspidistra es una obra maestra, mitad Violent Femmes y mitad The Jam o Buzzcocks con toques de Billy Bragg y los Belle and Sebastian menos intelectualizados, los de Dog on Wheels. Vamos, que parece una canción de Los Carradine. Una canción de una urgencia deliciosa.
He oído otras canciones buscando por internet y son mucho más pop, más folk, algunas con voces femeninas, que les colocan al lado de los citados Belle and Sebastian o Camera Obscura. No los conocía de nada, pero solamente por Aspidistra, el grupo de Elia Einhorn merece un puesto entre lo mejor del año.

Ahí va el vídeo de la preciosa Ellen’s Telling Me What I Want to Hear, de su primer disco:

Los Reyes Magos y los regalos musicales

Texto publicado en PopMadrid el 7 de enero de 2008

Imagino que, debido a las abrumadoras discotecas de los que escriben en estas páginas, muchos prefieren que los Reyes Magos no les traigan discos. A mí me pasa lo mismo, cada vez que una cuñada o similar me regala un disco en estas fechas o por mi cumpleaños, me echo a temblar. Aunque algunas veces me han descubierto joyas, como hizo mi padre, que me regaló hace unos años un disco de Doña Concha Piquer, disco que recibí con mi más forzada sonrisa, pero que ahora es una pieza fundamental de mi discoteca. Ahí va La Parrala, tomada de la peli argentina ”Me casé con una estrella”:

Ahora, mientras escribo esto, escucho los magnficos alaridos de Maria Callas, nuevo regalo off-pop, que, la verdad, no está nada mal. ¿Qué discos de este tipo habéis recibido? ¿Alguno de algún familiar que se cree que controla y te regala el último disco de Mark Knopfler? Por otro lado, cuando regaláis, ¿preferís regalar lo que quiere vuestra sobrina de trece años, esto es, el último disco de LOVG u os lanzáis al proselitismo y le compráis el último de La Casa Azul o Cooper?

Nothink ”Spotlights” (Aloud, 07)

Texto publicado en PopMadrid el 21 de diciembre de 2007

Tras una misteriosa introducción instrumental de un minuto comienza ”Spotlights”, segundo disco del grupo madrileño Nothink tras ”Bipolar Age”, doce canciones plenas de vigor y sonidos irritados, a medio camino entre el hardcore y el indie-grunge más apasionante. A veces oculta tras las agudas guitarras se levanta la fantástica voz de Juan Blas, que va alternando gritos y susurros para recitar las letras de las canciones, letras conceptuales sobre un mundo desolado -quizá demasiado prototípico- pleno de tecnología, soledad y opresión.

Las canciones que resultan más atractivas son las que se acercan más al rock americano de los noventa y dejan de lado los truenos del hardcore, sobresaliendo esa demoledora pareja de canciones, la tres y la cuatro, Polaroids y Enemy’s Meeting Point, en donde, siguiendo el doctorado de Dave Grohl, consiguen, en la primera, con ese inicio de guitarras tan espetacular, lograr una extraña mezcla entre Led Zeppelin y Lagartija Nick realmente inolvidable; mientras que en la segunda, con los violines de la Filarmónica de Kiev apoyando la melodía, casi aparecen rastros de Demonios Tus Ojos, con esa voz suplicante llena de dolor. La otra joya de la corona de ”Spotlights”es Kill! Kill!! Genocide, rápida, de heavy-rock, con guitarrazos sincopados y un final de guitarras tan brillante que convierte a esa canción en la mejor del disco, y al resto de las canciones casi en meras acompañantes de semejante obra maestra.

El disco sigue por esos derroteros, a veces ruidistas, a veces indie, rozando lo británico en canciones como The Skyline, o la balada heavy en ese extraño blues llamado Gold Lebannon, pero siempre con las guitarras en primera línea -ya que el acompañamiento clásico es más adorno que carne en las canciones, como, por otro lado, no poda ser de otra manera-, con Queens of the Stone Age o Foo Fighters como compañeros de viaje.

Un disco de un rock espectacular, comercial, intenso, eufórico y melancólico -como dicen en su página de red-, con varias canciones que dejan a clásicos ajenos como Spin the Black Circle en pañales.

Los analfabetos de la Academia de Cine

Texto publicado en PopMadrid el 19 de diciembre de 2007

Billie Holiday, Elvis Costello, Sarah Vaughan, Ray Charles, The Smithereens, Serge Gainsbourg, Björk, Sarah Brightman, Christian Death, Sinèad O’Connor y Marc Almond, entre otros, han grabado versiones del clásico Gloomy Sunday, del compositor húngaro de entreguerras Rezsö Seress. Yo no conocía la canción, pero mi hermano -una de las pocas personas con ciencia infusa que conozco- me llamó desde Londres al conocer las nominaciones a los Goya de este año, para comentarlas, y me dijo que qué curiosa la nominación a canción original de una llamada Gloomy Sunday, cantada por la bella Lucía Jiménez en la película «La caja Novak», porque él conoca una canción de Billie Holiday que se llamaba igual. Evidentemente era la misma (158 versiones en Allmusic) y hoy han tenido que retirar su candidatura al Goya en el ridículo más increíble de la historia de la cinematografía española, ya que además han retirado otra canción de otra peli. Escuchemos al gran Costello:

¿De verdad ninguno de los académicos o votantes conocía alguna de las versiones de gente tan conocida como la del listado de arriba y pudo avisar de la metedura de pata que estaban cometiendo? ¿No eran tan listos, no eran ”el mundo de la cultura”, no eran intelectuales? ¿No se exige ningún papel, ningún registro, a la editora de una canción para presentarla a un premio? El Estado se incauta de parte de mi sueldo para pagar a todos los botarates de la Academia de Cine, y lo único que tienen que hacer en todo el año es ver las pelis españolas que se estrenan, ponerse de gambas a la gabardina hasta las trancas, y organizar los Goya. De sus tres cometidos solamente realizan bien el de comer gambas. Le propongo a Ángeles González-Sinde, presidenta de la Academia de Cine, o a quien organice los Goya, que tenga la decencia de irse a su casa, de dimitir, o mejor, que apunte a toda la junta directiva de su academia, a eso, a una academia, pero de alfabetización para adultos. Me sentiría mejor si el dinero que me roba el Estado lo gastara en educar a nuestros intelectuales.

Paul Davy ”Oblivious” (Paul Davy, 07)

Texto publicado en PopMadrid el 9 de diciembre de 2007

”Oblivious” en un disco de pop clásico con pequeños experimentos en otros géneros; fijándose en los dos grandes pilares del género, The Beatles y The Kinks, Paul Davy consigue un disco muy agradable de oír y con un nivel medio en las composiciones realmente alto, en donde no destaca una canción sobre otra, lo que también hace, por lo tanto, que no haya ningún tema que te cambie la vida al escucharlo.

El disco empieza con la primera sorpresa, un blues pantanoso, que con la voz blanca de Paul resulta extraño a la vez que sofisticado, para pasar luego al centro de la obra, ese pop de raíz beatle pasado por el tamiz o, mejor, espejo, de Oasis y que, con la voz tan Ray Davies de Paul, más parece un disco cantado por ese marciano llamado Malcolm Scarpa con reflejos del gran Steve Wynn. Toda esa parte del disco, con canciones realmente de mérito, como ese folk florido con final soulero llamado Till I Awake, o la segunda canción, Time and Time Again, que, a pesar de un tedioso solo de guitarra, logra, por momentos, emocionar, son la parte más brillante de la obra. También rondan la perfección Davy Boy y I have the Proof, quizá la mejor canción del disco, con una preciosa guitarra y unos toques manchesterianos que la diferencian del resto.

Además de la primera canción, en el apartado de rarezas se pueden meter un reggae británico y una extraña cancin de rock gótico sin eyeliner, que pegara más en el repertorio de Evanescence que en este disco, pero que en ningún momento rechina dentro del disco. Luego están las canciones en español, rarezas por estar cantadas en nuestro idioma, pero estilísticamente dentro del núcleo duro del disco; en la primera, la preciosa Recuerdos corrompidos, se parece cantando por su acentazo al mítico singers singer Matt Monro y su Alguien cantó con su silabeado tan característico. La otra en español es un poema musicado cantado a dúo con una chica, un buen final para un disco interesante que hace querer más.

Tarik y la Fábrica de Colores ”El hueso y la carne” (Mushroom Pillow, 07)

Texto publicado en PopMadrid el 2 de diciembre de 2007

Uno de los discos más esperados de año, ”El hueso y la carne”, no defraudará a los que, tras ”Sequentialee”, vieron en Álvaro Muñoz al gran compositor de pop que todos necesitaban. Diez canciones de un pop clásico e infalible, realizadas con un gusto exquisito, y llenas de guiños cultistas a la historia del rock, homenajes que no eliminan en absoluto el goce de las canciones por parte de los no iniciados, ya que la inmediatez de las canciones flota por encima de cualquier adorno.

Los clásicos llegan desde la primera canción, Tiene que pasar, con un ritmo muy rocanrolero y esa genial estrofa que dice la del pan con mermelada, la del abrigo de Zara, la que se queda dormida con mis películas favoritas, o la tercera, Tormenta esta noche, con un título y un estribillo tan de 091 que da gloria oírlo y, sobre todo, ganas de verlo en directo. Además de las dos canciones anteriores, sobresalen también Vuelta a los colores, que para Pigmy seguramente sea la canción del año, y Agosto, por ejemplo, que es la mejor canción de ”El hueso y la carne”, tan buena que parece de José María Granados, y con una letra preciosa. Solamente con estas cuatro canciones, quizá añadiendo la maravillosamente californiana Fontaine, Fontaine, ya da para decir que estamos ante una gran obra.

También sobrevuela por el disco el fantasma de Los Planetas, quizá a través del estudio donde se ha grabado el disco, El refugio antiaéreo, y la colaboración en el disco de varios miembros del grupo. Esta influencia se ve sobre todo en dos canciones, Anticipo, cantada alargando las sílabas al estilo de J, y en la séptima canción, Antes de la niebla, más reposada y ochentera, y una de las mejores canciones del disco. Quizá las guitarras sucias de las que hablaba la promo es aquí donde se vean más fácilmente.

En resumen, un disco mucho más compacto que el anterior, aunque igual de variado, que nos muestra a un compositor vibrante, capaz de meter en un mismo disco más de tres buenas canciones, algo que, tal y como está el panorama, es para subirlo a un pedestal y sacarlo en procesión por las calles de nuestro barrio.

Hedtrip ”Roma” (Aloud, 07)

Texto publicado en PopMadrid el 26 de noviembre de 2007

Tras ”The last impossible desire” (2002) y ”About Useless Needs” (2004) los barceloneses Hedtrip presentan ”Roma”, una obra quizá más pausada que las anteriores pero igual de guitarrera, siendo las diez canciones de la nueva grabación un completo y vibrante muestrario de ramificaciones de la autopista central del rock hacia diferentes salidas que les llevan a rozar el pop, el hardcore, el funk-rock más rabioso o el metal.

Con unas guitarras metálicas y airadas, muy producidas, apabullan en muchos casos, mientras que en otros más relajados, como en la perfecta A call in the room, llena de guitarras acústicas, con la voz más amortiguada, hacen casi olvidar la furia que recorre el resto del disco. Lo antinarrativo de las letras se refuerza por la característica voz de Jonathan Pulido, a veces demasiado estridente, y que en algunos casos recuerda a la del Jeff Buckley mareado de los ”Sketches (For My Sweetheart the Drunk)”, como en la canción Mother Love, casi de baile, que no da título al disco pero condensa el leitmotiv principal de éste, que es homenajear a las madres, el clásico amor de madre.

Se pasean por el disco trazos -trallazos- de indie neoyorquino, como en la strokesiana Whenever, o bases hardcore con rock de guitarras de alto octanaje setentero, como en Rythm Delight, donde consiguen una canción de un expresionismo vitalista que sobresale sobre muchas otras del disco, más entalladas y concienzudas.

Un disco de rock abierto a todo, denso, entretenido, contenido, hiriente, calmado, pensado y con un gran potencial y perspectivas de éxito en la escena alternativa europea.

Rock in Rio plagia a PopMadrid

Texto publicado en PopMadrid el 23 de noviembre de 2007

Se acerca el superfestival roquero y a la entrada de los conciertos más multitudinarios reparten unos calendarios publicitarios de Rock in Rio. Ya me lo dieron hace unos meses en otro concierto pero lo tiré. El otro día en el concierto de Wilco me lo volvieron a dar y me lo quedé (para escribir estas líneas) ya que, en la hoja que representa al mes de diciembre, han puesto un monigote que es la señora tocando la guitarra del logotipo de PopMadrid, diseñado por los enormes La Camorra. No es ni parecido ni similar, es el mismo. Pasen y vean.

Para documentarme un poco he visitado la horripilante página de red del festival y, como el otro da había recuperado el logo viejo de PopMadrid para el post sobre La Luna, me di cuenta de la -aquí sí- pequeña similitud entre la tipografía roja con fondo negro del festival y la de este logo de PopMadrid.

¿Pero qué invento es esto? Qué les pasa, ¿que tienen un rollo mujer blanca soltera busca contra estas benditas páginas o es que su imaginación no da para más? Una solución quiero.

Grande-Marlaska ”El momento de hacer” (Tres pies, 07)

Texto publicado en PopMadrid el 20 de noviembre de 2007

”El momento de hacer” es una de esas pequeñas joyas que da de vez en cuando la conjunción de tres personalidades diferentes unidas en la idea de conseguir una obra coherente. Tras el atractivo envoltorio del disco, buceando en los diseños geométricos de Josef Albers, y con una instrumentación fija en el estilo de Violent Femmes, pero mucho más variado en todo que los discos de los de Wisconsin, Grande-Marlaska logran lo que imagino buscaban, una obra perfecta, es decir, personal y comercial.

Si por el disco se pasean, como pone en su página de red, Violent Femmes, Beat Happening, The Go Betweens, Television Personalities, The Feelies, La Polla Records, The Wedding Present o Phil Ochs, éstos se cruzan, subterráneamente, como en los casos de De este lado o Juegos Olímpicos, con los Juan y Junior de Bajo el sol o En San Juan o, ya puestos, con el Fernando Alfaro más comedido, como en la fantástica El momento de hacer, que inicia el viaje. Casi ninguna canción tiene desperdicio, desde las aliteraciones guitarrísticas de Bloqueo, hipnótica en todo momento, hasta la emoción pop de Rentrée.

Por otro lado, las canciones que canta Malela se muestran en dos vertientes, la primera como de un ye-yé desubicado e intelectual que recuerda, seguramente por su tono de voz, a aquella pegamoide avant la lettre llamada Lorella, como en Ideología o Turno de réplica; y la otra, la más de mesa camilla, como en La quinta -maravillosamente cantada en clave de folk retozón-, donde se asoma Lorella sin careta, esto es, la denostada y a recuperar María Ostiz.

Con este precioso disco Grande-Marlaska se ponen en la primera división, algo que no creo que les importe, pero sí debería importarnos a los demás.