Texto publicado en PopMadrid el 12 de enero de 2008
”Miniaturas” es el disco más secreto del año y uno de los mejores. Secreto por muchas cosas, fuera del propio disco por haberse dado a conocer poco a poco, casi de amigo a amigo, hasta alcanzar el reconocimiento casi unánime que se merece; y dentro del propio disco por su discurso simbolista, aunque si uno no sabe las claves del misterio el disco es igual de disfrutable gracias a su belleza arrolladora. Discurso simbolista que comienza por esa misteriosa portada de Nueva Figuración Madrileña oscurecida, un poco Pérez Villalta, que tienes que acercar bien a los ojos para ver en toda su extensión.
”Harold y Maude”. Esa me parece la clave del disco, y es que ”Miniaturas” parece la banda sonora de la obra maestra de Hal Ashby, si Cat Stevens no la hubiera bordado él solito. Toda esa corriente de medievalismo folk de los años setenta recorre el disco, con un vitalismo que a veces provoca sonrojo y un humor blanco con toques surrealistas que ya quisiera para él Refree, y que hunde sus raíces en las incontestables Vainica Doble, en Sisa, o en Sr. Chinarro.
Poco se puede decir de las canciones, asombrosas casi todas, pero que en algunos casos rozan la perfección, como en las cuatro centrales del disco, Válsamo, Hoy, Todos felices y Lantana. Válsamo, que comparte con Corazón el amor por Simon & Garfunkel; Hoy, que parece una versión de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán realizada por los más melodiosos La Granja, y que tiene un final cabaretero cantado en falsete realmente inolvidable; Todos felices, quizá con una letra más fácil que las demás, cantada con aquella tensión despistada de Jone de Le Mans, y que comparte también vocalizaciones y temática con los olvidados Totem; y Lantana, bellísima canción, que cierra el cuarteto de obras maestras, llamando para ello a los jefes de la psicodelia, Los Negativos, para que mezclar aquella inolvidable Cigarras Panameñas con los mejores momentos de soft-pop de, por qué no, José Luis Perales, y crear una canción redonda.
”Miniaturas” es un clásico, un disco perfecto, del que seguiremos hablando dentro de veinte años, por lo intemporal de sus canciones y, sobre todo, por la belleza de éstas.