Texto publicado en PopMadrid el 20 de noviembre de 2007
”El momento de hacer” es una de esas pequeñas joyas que da de vez en cuando la conjunción de tres personalidades diferentes unidas en la idea de conseguir una obra coherente. Tras el atractivo envoltorio del disco, buceando en los diseños geométricos de Josef Albers, y con una instrumentación fija en el estilo de Violent Femmes, pero mucho más variado en todo que los discos de los de Wisconsin, Grande-Marlaska logran lo que imagino buscaban, una obra perfecta, es decir, personal y comercial.
Si por el disco se pasean, como pone en su página de red, Violent Femmes, Beat Happening, The Go Betweens, Television Personalities, The Feelies, La Polla Records, The Wedding Present o Phil Ochs, éstos se cruzan, subterráneamente, como en los casos de De este lado o Juegos Olímpicos, con los Juan y Junior de Bajo el sol o En San Juan o, ya puestos, con el Fernando Alfaro más comedido, como en la fantástica El momento de hacer, que inicia el viaje. Casi ninguna canción tiene desperdicio, desde las aliteraciones guitarrísticas de Bloqueo, hipnótica en todo momento, hasta la emoción pop de Rentrée.
Por otro lado, las canciones que canta Malela se muestran en dos vertientes, la primera como de un ye-yé desubicado e intelectual que recuerda, seguramente por su tono de voz, a aquella pegamoide avant la lettre llamada Lorella, como en Ideología o Turno de réplica; y la otra, la más de mesa camilla, como en La quinta -maravillosamente cantada en clave de folk retozón-, donde se asoma Lorella sin careta, esto es, la denostada y a recuperar María Ostiz.
Con este precioso disco Grande-Marlaska se ponen en la primera división, algo que no creo que les importe, pero sí debería importarnos a los demás.