Texto publicado en PopMadrid el 18 de diciembre de 2008
Son la revelación del año, no hay duda. Y eso que Klaus & Kinski han hecho el mejor disco de los años noventa de la historia del rocanrol español. Poco importa que estemos a 2008 y
hayan pasado ocho años ya desde el n de la década, qué más da, también «Picnic Caleidoscópico» es de mediados de los ochenta, veinte años más tarde de cuando tenía que haber salido.
A pesar de la unidad que guarda «Tu hoguera está ardiendo» es un disco muy variado, casi disperso, con catorce canciones casi sin desperdicio -quizá solamente la nula gracia del desagradable bolero Mengele y el amor-, en las que atmósferas aguadas y paisajes británicos pelean con resquicios de electro-clash y shoegaze constumbrista, para lograr el perfecto collage casi más del olvidado Alfonso Buñuel que de Max Ernst.
Aunque no desentona en ningún momento con el resto de la cuadra Jabalina, ni con el sonido Abrigueiro, Klaus & Kinski es un claro salto adelante para ambos. Es difícil hablar de las canciones, del irresistible hit que es Nunca estás a la altura, con ese soberbio final de guitarras de «La luz en tus entrañas» mezclado con parapapás, o la Austrohúngara Rocanrolear, o el country con fritanga de Flash-back al revés, con alguna terrible frase como «Tú me vas a envenenar, tú me vas a destrozar, tú me has hecho vomitar, nananá». No faltan tampoco ecos del tedio de Dinarama o de la linealidad de Joy Division en las preciosas Crucixión o Ronnie O’Sullivan, ni de la estremecedora y atmosférica voz de Ana D, que recorre todo el disco en la voz de Marina Gómez (este es el disco que Ana D hubiera tenido que hacer si hubiera tenido sangre en las venas).
Llega la parte nal del disco y uno se encuentra sin parar joyas, canciones que debieran ser éxitos en cualquier radio, como la gran La mano de Santa Teresa de Jesús, tan genial en su instrumentación tremendamente pop y en su estructura tipo Los Planetas, como en su historia «Voy a hacerme un abrigo, con las pelusas de tu ombligo». Esta canción es una obra maestra. Casi tanto como lo es la última canción, Sintigo o sin ti, que te deja tanto con los tan pelos de punta como cuando uno escucha Un agujero en el cielo o En cualquier esta.
«Tu hoguera está ardiendo» debiera ser un regalo obligatorio esta Navidad en toda casa que se precie de tener decencia y gusto musical.