Texto publicado en PopMadrid el 13 de agosto de 2008
Una vez que el compositor granadino José Ignacio Lapido ha sido proclamado a los cuatro vientos como El Maestro, poco queda que decir de las pasiones que levantan sus obras. Es el maestro por su trayectoria, en la que no ha dado ningún giro brusco ni ha tropezado en los casi treinta años que lleva en esto -aunque para algunos la remezcla de Fangoria del La vida qué mala es sí sea esa piedra en el camino-, logrando una obra totalmente íntegra y coherente, a pesar de haber realizado esa obra en dos grupos diferentes. Ahora Lapido llega con ”Cartografía”, su nueva obra, en donde en doce canciones nos vuelve a mostrar que, aunque es bien difícil crecer como compositor una vez que todos te proclaman perfecto, se puede seguir en el camino con la guitarra y emocionar a quien se le ponga por delante.
Lo que ”En otro tiempo, en otro lugar” era un tanto oscuro u obtuso, ahora es luminoso y llano, bordando Lapido los medios tiempos, con sus maqrollianas historias de perdedores y de amores y separaciones. El clasicismo abrumador que recorre todo el disco quizá sea lo mejor de todo. ”Todo lo que no es tradición, es plagio”, dijo Eugenio d’Ors hace un siglo, y Lapido lleva esta frase grabada a sangre y fuego en su guitarra. En el ángulo muerto, con su percusión, su órgano y su majestuoso solo final de guitarra es la mejor prueba de ello, pero no la única, Largo de cantar, el vals acústico de Escala de grises o la preciosa Algo me aleja de ti, que parece sacada de ”Kamikazes enamorados”, son otras de las muchas que pueblan ”Cartografía”.
Fuera de sus sobradamente valorados medios tiempos está una joya como El truco (en qué consiste), stoniana o de Tequila, que son lo mismo, en donde Lapido hace el rocanrol por el que cualquiera matara, con ese final de yeah, yeah, yeah, que te alegra la vida y da aire a un disco quizá demasiado reposado. Y es que Lapido, además, es el mejor compositor de rocanrol que hay en España. En la décima canción, Nadie supo decirme la verdad, lo demuestra de nuevo, logrando un ambiente en la cancin que tendrá a M-Clan con la boca abierta durante un buen tiempo.
Lapido ha hecho un gran disco, como nos tiene acostumbrados, en el que hasta la portada -y esto sí que es novedad- no es desagradable. Dios guarde al Maestro muchos años.