Conecta 4 «Ya no estás solo» (Conecta 4, 09)

Texto publicado en PopMadrid el 16 junio de 2009

De las ruinas de fluor kin llegan desde Castellón Conecta 4 con su ep autoeditado de cinco canciones «Ya no estás solo», grabado por Coky de Los Reactivos en los estudios Rockaway.

Pop, power pop, indie pop, eso es Conecta 4 y eso es «Ya no estás solo», que ya desde la primera canción, Sin ticket, nos muestra lo que va a ser todo el disco, melodías, voces y guitarras cristalinas, intensidad pop, Teenage Fanclub, con historias de juventud y búsqueda de nuevos caminos. Más clásico (y, claro, mejor) imposible. Sigue todo igual en Luces, con la voz más oculta por las guitarras, que aquí toman más aire y descargan más rabia, powerpop melódico bien producido que gana todavía más con el aire de diy que impregna todo el disco.

El disco sigue con Me ves raro, donde la cosa se relaja más, acercándose a la melancolía de algunas canciones de La Granja, «La primera calada de la mañana, que siempre mareaba, se acaba de esfumar». Quizá sea la mejor canción del disco. Las dos últimas canciones, Faltan palabras y Distintos, varían hacia terrenos menos preciosistas, Zodiacs y Mr. Snoid, que dan otro perfi l -siempre dentro del mismo género- al grupo, lo que hace ganar en profundidad al disco.

Buen debut de Conecta 4, sin publicidad en su coche, pero que cuenta con el difusor de sus grandes canciones para superar a muchos idolillos de la escena pop patria.

Elogio de los pellejos de España

Texto publicado en Antigourmet el 14 de junio de 2009

No, no, esta vez no vamos a hablar de la vicepresidenta y sus pelos a lo Limahl, este post se refiere a otros pellejos, los de vino. Acabo de terminar ”París”, el libro del pintor José Gutiérrez Solana que ha editado -magnficamente, como siempre- La Veleta con los apuntes sobre París que tomó el pintor durante su huída de la Guerra Civil en 1938 y 1939 y que hace poco compró a sus herederos, que habían guardado una maleta con estos cuadernos durante cincuenta años, el Museo Reina Sofía.

Solana, sin juntarse con los otros exiliados, durante dos años recorre la ciudad y toma apuntes en unos cuadernos con su estilo cazurro y directísimo, del que Cela bebería tanto, encontrando un París ramoniano de piedras negras y pobreza que casi nadie ha retratado, comparando casi todo lo que ve con su querido Madrid. En su visita a la rue des Boulangers en el distrito 5 se encuentra con toneleras y tiendas de vino. Aquí su comentario:

”Lo que vemos con extrañeza es que en Francia no se emplean los pellejos de vino, sólo los toneles y las barricas. Aquí podríamos hacer el elogio de los pellejos de España donde viene el vino, de los pellejeros de Madrid, de la calle de Toledo y de la Cava Baja, de los pellejos de mosto de los pueblos de Madrid: Arganda, Móstoles…, y podríamos hacer el canto de los vinos españoles de Valdepeñas, de la Mancha y de Haro, de sus pellejos, de la fama de que éstos dan buen sabor al vino y parecen un hombre mutilado, y de las botas de vino, hermanas de los pellejos, que se llevan a los toros y que cuelgan de las tiendas de los boteros de los pueblos de Castilla, de esas tiendas bajo los arcos de la plaza mayor de los pueblos de Castilla.”

¿Hay algún sitio en el que todavía se usen pellejos para almacenar el vino? ¿A qué espera alguna de las modernas bodegas españolas a volver a los pellejos? Se harían de oro con esta nueva vuelta atrás plenamente esnob. ¡Qué grandísimo escritor es Gutiérrez Solana!

Elle Belga «1971» (Acuarela 09)

Texto publicado en PopMadrid el 10 junio de 2009

La frase de la hoja de promo «Aquello que hagamos deberá poder ser silbado» es lo que mejor puede de nir el planteamiento de «1971», primer trabajo como Elle Belga del ex Manta Ray Josele García con Fany Álvarez, un disco de nanas adultas que contiene algunos frutos pop realmente sabrosos y de coloridos diversos, pocas veces vistos por estos lares.

Más cerca de las canciones populares de Lorca, en su encarnación existencialista a cargo de María Boix en los sesenta, por ejemplo, que de barbudos y circunspectos representantes de la americana más actual, continúan el camino adivinado a principios de los ochenta por grupos como La Búsqueda, con sus cinematográ cas trompetas y su épica de terrenos áridos y, sobre todo, por Claustrofobia, verdaderos reyes del romancero heterodoxo.

Magní cas canciones como Cada día o Todas las cosas bucean en unas aguas de folk adusto -cerca a veces de Lucas 15-, donde Leonard Cohen no estaría incómodo y con las inevitables Vainica Doble como verdadera guía, Elle Belga hacen la banda sonora de un spaguetti western en donde los vaqueros podrían cambiarse por bandoleros, como en La nana de la mora, donde Ana D parece trasladada al desierto almeriense. Otra de las joyas del disco es La reina, en la que su belleza de country adormilado se refuerza con unos coros que parece que Los Iberos hacen a Mocedades.

Quizá en otros momentos se tensa demasiado la cuerda y se abusa de los bosques y la brujitas, saltando de la iconografía de La Dama se Esconde al medievalismo infantil de Prin’ La Lá y, más peligrosamente, a Rosa León o a lo mejor de la obra de Mecano. Pero son los menos momentos, ya que Claustrofobia vuelve a agarrar la verdad en Escóndete o El tiempo.

Elle Belga han hecho con «1971» un disco desubicado, lo que le da valor, pero en el que el mayor valor es la libertad con el que está hecho y la calidad de la mayoría de las canciones.

All My Little Words en Game Boy

Texto publicado en PopMadrid el 9 junio de 2009

En el trenecito de enlaces que es internet, ayer viendo el Twitter de PopMadrid salí al de nuestra gran bloguera Ortega y Cassette y de ese salté al de Anntona, y del Twitter de Anntona llegué a la meta, [4]YouTube, cubo de la basura de todas las necedades planetarias, donde un niño con el pelo medio a lo Zac Efron (ese pelo de moda cuyo origen debería ser uno de los orgullos de nuestro país, ya que lo inventó la chavalería pija que pulula por los alrededores del Vips de la calle Serrano de Madrid) tocaba con la Game Boy una versión de la mejor canción de los Magnetic Fields, All My Little Words, con un programita llamado Little Sound DJ (LSDJ). Y suena bien. Realmente, como es algo de internet, no sé si es un montaje o una estafa, porque el niño parece que da a los botones aleatoriamente, y no sé cómo entonces toca la canción. Pero bueno, mola un montón, y si es un fake, mola mucho más.

«Not for all the tea in China. Not if I could sing like a bird. Not for all North Carolina.
Not for all my little words. Not if I could write for you. The sweetest song you ever heard. It
doesn’t matter what I’ll do. Not for all my little words.»

Klaus & Kinski «Por qué no me das tu dinero» (Jabalina 09)

Texto publicado en PopMadrid el 5 junio de 2009

Como colofón al casi magistral «Tu hoguera está ardiendo» llega este «Por qué no me das tu dinero», donde solamente la primera canción, ese hit indiscutible llamado Nunca estás a la altura, estaba en el larga duración.

Cuatro canciones acompañan al ya clásico del indie, la que da título al disco, Por qué no me das tu dinero, que sige los mismos derroteros del disco, con unos coros masculinos que recitan una especie de castigo al millonetis, lejos de la lírica quema del chalé de la sierra de Landa y Garci. Buena canción que no se echa de menos en «Tu hoguera está ardiendo».

Te vas a enterar entra mejor, con su preciosa instrumentación como de juguete, donde vuelva a aparecer, con ligeros toques brasileños, la legendaria torpeza ante el amor de las heroínas de Le Mans u, hoy en día, de La Bien Querida. La mejor del disco.

Shell for the mourning es una versión de Oliver North Boy Choir, algo ruidista y electrónica, alejada en apariencia del resto de la obra de Klaus & Kinski, pero que con las escuchas encaja bastante bien en el disco. Teléfonos, ladridos y parapapás le dan valor.

Termina el disco con los siete minutos y medio de El mejor idilio, donde K &K llegan a donde las antes nombradas heroínas de Le Mans nunca llegaron, a la sumisión ante la fuerza bruta en una relación. El ambiente de misa de la canción no tapa la tensión que lleva dentro. «Cuántas cosas me has dicho sin pestañear, yo no puedo hacer más que tragar, pues podría ser peor».

Yo quemé el cadáver de Gram Parsons

Texto publicado en PopMadrid el 5 junio de 2009

Ayer, durante una pequeña gira por los canales de la tele, en la última oportunidad antes de apagarla y ponerme a leer, caí en 8 Madrid, canal con una excelente programación
cinematográfi ca. Y ahí estaba, «Grand Theft Parsons», una peli que no sabía que existía, pero que, ante el tema que trataba, tuve que verla entera. Menos mal que se me ocurrió ver la sinopsis, porque por el título español, «Ayúdame con el muerto», el botón de off estaba asegurado.

Fuera de toda lógica, dado el tema que trataba -la legendaria muerte de Gram Parsons en la Joshua Tree Inn y el robo y posterior quema de su cadáver por parte de su road manager, Phil Kaufman– la película no era más que una astracanada en forma de road movie donde Kaufman es un idiota borracho (que seguro que lo era) que no daba ni un segundo la imagen de que le afectaba la muerte de su gran amigo, el padre de Gram un tío desubicado, la mujer una estúpida -encarnada por la bellísima Christina Applegate-, y el hippie que le acompaña, eso, un hippie.

Ahora escucho «GP» mientras escribo esto, Streets of Baltimore para ser exactos, y no sé si la película, al desmiti car todo es una maravilla de surrealismo campestre o es una chatarra aburrida y sin gracia, que solamente gente como yo se atreve a ver. Creo que era una brillante idea que tomada por un guionista inteligente –Charlie Kaufman, para seguir con el apellido- hubiera sido una gran película.

So take me down to your dance floor
And I wont mind the people when they stare
Paint a different color on your front door
And tomorrow we will still be there

Jean Paul «Breve historia universal» (Bartlevy 09)

Texto publicado en PopMadrid el 31 de mayo de 2009

Tras una portada de un suprematismo siniestro se encuentra una de las joyas de este año 2009, «Breve historia universal», doce canciones autoeditadas por Raúl Bernal, teclista de Lapido, que, bajo su pseudónimo de Jean Paul, nos susurra clásicas historias de amor y derrota.

Pocas canciones hay que no merezcan la pena en este disco, que empieza con medios tiempos dylanianos como Viéndolas venir, que abre el disco, acercamientos a la imaginería poética del Corcobado de hace diez años, como en la segunda canción, Mejores días, o a la melancolía confesional de Ryan AdamsBuscando casa-, donde la primera persona se convierte en la única manera de cantar este tipo de temas.

El disco siguen con Inviernos, que parece rescatada de alguna cara B de 091, quienes, por supuesto, son la mayor influencia del disco. Llega la mitad del disco con joyas, el single, La orquesta del fin del mundo, plena de iconografía roquista -«Un buen lugar para el fi n del mundo, cuando llegue que no quede ni rastro de champán»-, que, aunque conocida al dedillo, no lastra la canción, debido a su extrema calidad. Lo que le pasa también a Quique González y no le pasa a Loquillo. Fin es un asalto victorioso al pop, cantada con Zahara, lo que llama sin remedio a Isobel Campbell y Mark Lanegan. Preciosa canción. Breve historia universal, donde la voz de Raúl se vuelve, en su aguardentismo, sensual y ondulante, abre la segunda mitad del disco, que gana altura con El mal trago, precioso blues à lo 091, «Te haré una canción con frases de otros, como un escritor en horas bajas ‘El día se fue’, ‘Vuelve a mi vida’. El mal trago» con
un violín y un emocionante solo de guitarra. Con Uno más en el exilio llega el segundo dúo, esta vez con el gran Lapido, llena de humor «Te quiero a veces cuando duermo», un humor que utiliza también Nacho Vegas, aunque Jean-Paul no sea tan claustrofóbico y sus canciones tenga mucho más aire que las del asturiano. Todavía quedan más canciones, Eureka, rock americano clásico, Menagerie, más en plan salmodia corcobadiana, y El colectivo, sueño cinematográfi co sucio, casi de Lynch. Espectacular.

«Breve historia universal» es la mejor obra del estilo de 091 desde la separación del grupo, mejorando incluso los discos del jefe, de José Ignacio Lapido. Como dice el propio Jean Paul en su página de red «Breve historia universal» es «un disco valiente y real. Si lo estás escuchando no se lo digas a nadie, sigue haciéndolo todo tal y como lo has hecho durante años, esto es una caza de brujas, hermano».

Desayuno vegetariano

Texto publicado en Antigourmet el 31 de mayo de 2009

desayunovegetarianoVamos con un post dominguero, ligero y cortito, con la típica chorrada que te envía un amigote y que al final llega por ochenta sitios diferentes a tu buzón electrónico. La imagen a la derecha.

Imagino que será un anuncio real, por que ese tipo de desayunos se estilaba antes, cuando se trabajaba en el campo (y la poca gente que sigue en el campo seguirá con este tipo de desayunos). Lo que pasa a ser una gracia es lo de ”Desayuno vegetariano”, que sí que lo es, al igual que casi todos los desayunos españoles, que en la mayor parte de los casos es un simple café.

Que alguien se ría de los vegetarianos es algo que a Antigourmet nos encanta, ya que, además de estrictos seguidores de Chesterton -que a pesar de ser bastante gourmet, era antivegetariano-, lo somos también de la fritanga.

Y hablando de desayunos, nunca perdonaremos en la vida a Gallardón, alcalde de Madrid, su decisión de retirar de los desayunos que se ofrecen a las personalidades que nos visitan los churros y las porras y sustituirlos por bollería fina. ¡Gallardón, cobardica y cursi!

El rock en Bilbao: Tribus y medios

Texto publicado en PopMadrid el 30 de mayo de 2009

Tras la primera mitad del libro, en el que se relata la historia del rock en Bilbao década a década, el resto del agotadísimo libro de Álvaro Heras Gröh, «Lluvia, Hierro y Rock &Roll. Historia del rock en el Gran Bilbao (1958-2008)», no es más que distintas versiones de lo mismo, lo que antes se medía por décadas, en la segunda parte se mide por medios de comunicación, o por estilos musicales. Y en este salto posmoderno el libro no pierde fuelle, aunque sí -claro- sorpresa.

Tras contar la historia de las radios, con Íñigo de estrella nacional, periódicos y revistas, llega la parte más interesante, los fanzines, donde el cutrerío más bochornoso hoy treinta años después está lleno de valor (esto no es solamente en Bilbao, es en toda España). Lo único que se echa en falta, hablar un poco más de internet, que es tanto el heredero de las radios como de los fanzines, aunque en la bibliografía haya un listado de fanzines-e.

Más traído por los pelos, quizá, sea el apartado dedicado a las tribus o estilos musicales, donde parece que se inflan las hojas dedicadas a la escena mod -seguramente la más cara al autor del libro-, porque en realidad, quitando la Barcelona de Brighton 64, creo que no hubo escena mod de ningún tipo en España. Sí que es valiente, en cambio, en hablar de la escena heavy, que sí que es una escena -oculta por los medios- que sigue vibrante en todos lados, y que parece que no existe. Al acabar el libro parece claro que solamente punk y heavy tuvieron entidad en Bilbao.

El homenaje a Eskorbuto, contando sus historietas y su importancia, me parecen muy bien. Al leer el libro repasé en YouTube grabaciones de época del grupo y eran tan malos como necesarios, casi no los conocía. No me extraña que sigan siendo unos héroes.

Bueno, ahora a meterme con el increíble tocho de casi seiscientas páginas «Crónicas de un Vigo Ye-Yé. Historia de los conjuntos músico-vocales vigueses y de su entorno. 1958-1975», que ya solamente de ver las fotos de Los Potes, Los Cirios o Los De2 se me ponen los pelos de punta.

Foro de la Gastronomía 09: El mito de lo natural

26Texto publicado en Antigourmet el 26 de mayo de 2009

Rastreando la red en busca de información del IV Foro de la Gastronomía Aragón 09, que se acaba de celebrar en Zaragoza ayer y hoy, he encontrado el blog Ir de tapas, en el que hoy se han publicado cinco artículos sobre lo que pasa en el foro. Vamos, mejor corresponsal imposible, ya que la página del foro es bastante raquítica en información. Poca información ha generado este interesante foro -una pena-, donde solamente Santi Santamaría parece que atrae a la gente. ¿Será sea todavía parte del boicot al cocinero, que nadie habla de los sitios a los que va?

Pero más allá de las provocaciones de Santamaría había vida en el IV Foro de la Gastronomía. Y la vida ayer la trajo Francisco García Olmedo con su provocadora ponencia El mito de los alimentos naturales, algo que hemos tocado aquí de vez en cuando, como en Le Pain Quotidien, la farsa cotidiana.

Olmedo trata de que veamos más alla del bombardeo sano, bio, natural, ecológico, orgánico, o como se le quiera llamar, y veamos que, como recoge Ir de Tapas, ”la agricultura ecológica es más agresiva con el medio ambiente que la convencional” o que ”los productos ecológicos no tienen más nutrientes ni sabor que los productos convencionales”.

El hombre ha moldeado los productos a su antojo, y lo ha hecho fenomenal, al igual que a nuestro planeta, con su fallos -Mar de Aral- y con sus triunfos -Holanda-. Realmente arte deshumanizado sería una marina realista, no el cubismo, que es mucho más humano que una imagen imitando la naturaleza. Y cuando veo un anuncio de que van a ”humanizar” una calle y le van a quitar el tráfico y poner dos árboles, realmente lo que están haciendo es deshumanizarla, ya que el cemento y un coche son mucho más humanos que un árbol. Algo como lo que dijo Ayn Rand en El manantial:

Yo daría la mejor puesta de sol del mundo a cambio de la vista del contorno de Nueva York en el horizonte. Particularmente cuando uno no puede ver los detalles, solamente las formas. Las formas y las ideas de donde surgieron. El cielo sobre Nueva York y la voluntad humana hecha visible.

Imagen de Directo al Paladar.