Texto publicado en Jot Down en julio de 2012
Dentro del género de las novelas de la nebulosa que inaugura Ramón con El hombre perdido creo que la peli y el libro de los que voy a hablar deberían estar entre sus obras maestras: Elisa, vida mía de Carlos Saura y Calle de las Tiendas Oscuras de Patrick Modiano. Ambas obras caminan a tientas entre la niebla; como dice Ramón en el prólogo a la novela antes citada: “Hay una realidad que no es surrealidad ni realidad subreal, sino una realidad lateral. En los sindulios del beloferonte no hay más que huevos fritos y lógica bostezante”. En esa realidad lateral es donde se mueven las obras de Saura y Modiano (lo de los sindulios del beloferonte no tengo ni idea de qué es, pero la verborrea de Ramón es tan brillante que me apetecía ponerlo. Si alguien lee esto y sabe qué es, que lo explique si hace el favor en un comentario).
Si en la novela de Modiano el protagonista buscándose a sí mismo cambia de nombre y casi de personalidad cada diez páginas, llamando a docenas de puertas que no llegan a ningún lado y tirando de hilos casi invisibles que le llevan a ese oscuro pasado de desocupado en el París ocupado y la posterior huida a Suiza a través de las montañas nevadas, donde deslumbrado por la nieve…
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