Texto publicado en PopMadrid el 8 de noviembre de 2008
Ayer por la noche me pasé por el Moby Dick para ver a The New Raemon, a quien no había visto nunca en directo, ni en esta ni en ninguna otra de sus encarnaciones. Y me gustó mucho. Mucho su música y su actitud en el escenario, y mucho también que hubiera gran cantidad de gente en la sala.
Amenazaba lluvia y empezaba una peli de Bruce Willis en la tele, pero salí de casa, que para algo llevaba jueves y viernes yendo al trabajo en coche con ”A propsito de Garfunkel” a toda pastilla, cantando La Cafetera a grito pelado por la M-30 (Hablando de gritos pelados, no entiendo por qué la gente canta de forma tan desaforada en los conciertos, vale que te encante una canción y la canturrees mientras escuchas al cantante, pero tuve que cambiarme de sitio ya que tena detrás una pandillita insoportable que no me dejaba escuchar la fantástica voz de Ramón, totalmente oculta por los gritos de los colegas, que encima se equivocaban en las letras. Eso de gritar-cantar está muy bien para un concierto de La Casa Azul o de Alejandro Sanz, pero no de The New Raemon).
Empezaron con La Cafetera, genial, con protagonismo del piano -el pianista, único del grupo sin barba-, y tocaron prácticamente todo el disco, más tres canciones del nuevo EP que sale en unos días, ”La invasin de los ultracuerpos”, una de ellas una versión de Nueva Vulcano, Mano izquierda. Ramón canta de maravilla, qué buenas El Can Del Pescador y El Fin De La Resistencia, conteniéndose en los comienzos de las canciones para luego sacar la rabia cuando tiene que sacarla, y los coros del bajista también muy bien. Qué bien, qué maravilla. Hasta me gustó que durara solamente una hora y no se hiciera eterno.
Foto modificada de Oriol Farran tomada del MySpace de The New Raemon.