Texto publicado en PopMadrid el 23 de febrero de 2008
Llevo un rato leyendo un artículo para escribir un post, Concert Tour Success in North America: Examination of the Top 100 Tours from 1997 to 2005, del número de mayo de 2007 de la revista Popular Music and Society, sobre la evolución de las promotoras, las radios, las disqueras, su integración y globalización, las giras masivas y la subida casi exponencial de los precios de los conciertos, la irrupción de internet y demás rasgos del mercado musical actual… Cuando me he tropezado con una estupenda cita del mítico pianista canadiense Glenn Gould, así que paso del artículo en sí, y voy a mezclar la cita de Gould con el post de ayer del blog que Quico Alsedo publica en El Mundo llamado Rock & Blog y que trata de la guerra española de los macrofestivales, con dos grandes batallas, la del Getafe Electric Weekend contra el FestiMad Sur -tratada por luismr en PopMadrid en varias ocasiones- y la del FIB contra el Summercase, también coincidentes en fechas. Ahí va Gould y su frase, publicada en la High Fidelity Magazine en 1966:
”In an unguarded moment some months ago, I predicted that the public concert as we know it today would no longer exist a century hence, that its functions would have been entirely taken over by electronic media. It had not occurred tome that this statement represented a particularly radical pronouncement. Indeed, I regarded it almost as self-evident truth and, in any case, as defining only one of the peripheral effects occasioned by developments in the electronic age. But never has a statement of mine been so widely quoted or so hotly disputed.”
A fecha de hoy, no estuvo muy acertado Gould, aunque quizá dentro de treinta años tenga razón, que todo va muy rápido. Más bien parece que lo electrónico que dice Gould será solamente internet, vamos, Google, pero que los conciertos no desaparecerán por ahora, más bien al contrario, se hacen descomunales, se agrupan y se matan entre ellos, hasta que, como en el resto de los mercados, queden cuatro o cinco en todo el mundo. Así que con un par de viajes al año podrá uno ver a sus 300 grupos favoritos de una tacada, eso, claro, hasta que Al Gore y sus sicarios nos prohíban viajar, entonces solamente los habitantes de las ciudades con macroconcierto podrán disfrutar de la música en directo, y Al Gore, por supuesto, que irá en su jet a lanzar sus proclamas a los incautos que hayan pagado 500€ para ver la vigésima reunión de los Pixies.