Texto publicado en PopMadrid el 14 de septiembre de 2005
Conocí a este músico tejano a través de la versión de Kathleen que hicieron Tindersticks al inicio de su carrera. Tras quedar absolutamente fascinado por esa canción, me hice con la caja «Texas Troubadour», que contiene sus discos de los 70, y que me descubrí uno de los músicos más sinceros que he escuchado nunca.
Obras maestras como Tower Song, Tecumseh, Come Tomorrow, Two Hands y tantas otras me recuerdan sin saber por qué imágenes que quizá no tienen nada que ver con TVZ pero conmigo sí, como la Ana Torrent de «El espíritu de la colmena« atándole el zapato al maqui en la cabaña en la que se esconde, o al Iturri derrotado de «La última escala del Tramp Steamer» contando su historia con Warda, o a cualquier momento de Maqroll el Gaviero o de «Lord Jim» (libros de marineros, en contraposición a las canciones de grandes llanuras de Townes, quizá dando la razón a Radio Futura y su «La ley del desierto, la ley del mar», en definitiva, a lo que para mí significa emocionante.
En estos momentos en que la Americana hace furor, -¿o ya pasó la moda?- es necesario ver que en realidad muchos de nuestros actuales héroes -y estoy totalmente de acuerdo con Guille cuando dice ”yo soy el primero en emocionarme con una canción que suene igual que mil anteriores que ya hicieran en su día los Ramones”– son simplemente ventrílocuos, eso sí, buenísimos, de lo que cantaban otros ya hace 30 años.
Como dice el genial Steve Earle en la entrada de la Wikipedia: ”Townes Van Zandt is the best songwriter in the whole world and I’ll stand on Bob Dylan’s coffee table in my cowboy boots and say that.”
Sus discos en PopMadrid.