Texto publicado en PopMadrid el 6 de noviembre de 2005
1989, Aventuras de Kirlian sacan su único disco, me deslumbra su música y me deslumbra su portada (la tengo enmarcada en la pared junto a «Buena disposición» de Nacha Pop y «FH1» de Françoise Hardy. En esos días, entre el primer EP de Surfin’ Bichos y «Un tío cabal» gastaba todo mi tiempo.
1994, Le Mans publica «Entresemana», solamente unos meses después de su primer disco, «Le Mans». Este primer disco, claro puente entre los dos grupos, muestra lo que va a ser Le Mans en el futuro, pero manteniendo mucha de la sangre de AdK, como puede ser la genial Astronautas. La música empieza a ser menos inmediata y las letras a ser narrativas, a contar algo, dejando atrás las letras cubistas del disco de AdK. Grandes canciones como Un rayo de sol, Manzanas y naranjas o la descacharrante H.E.L.L.O. dejan ver que algo grande va a pasar dentro de nada. El disco cuenta con la peor portada hecha por el mejor portadista de la historia de la música europea, Javier Aramburu, en toda su carrera, con el permiso de «Los Planetas: unidad de desplazamiento». En definitiva, un disco para escuchar esbozando una sonrisa.
Y llega «Entresemana», la Gran Obra Maestra, que con 8 canciones y en 20 minutos forma la obra más coherente y emocionante de la música del periodo constitucional (la obra preconstitucional más emocionante sería «Heliotropo», de Vainica Doble. Prácticamente perfecto, todas las canciones, pero sobre todo Con Peru en la playa, Entresemana, Mejor dormir, Canción de si tú me quieres y Perezosa y tonta, son tan impactantes que te cambian en el acto la sonrisa que llevabas desde el anterior disco por una sensación extraña, que no puedo describir, y que te obliga al terminar de oirlo a darle otra vez al 1 al mando y escuchar de nuevo todo el disco. Es el disco que más he oído en mi vida.
Luego vendrían distintos sencillos y los elepés «Saudade» y «Aquí vivía yo», pero éstos, quizá demasiado cerebrales, demasiado hablados entre Teresa e Ibon, me parecen, dentro de lo buenos que son, menos brillantes que «Entresemana».
Quizá la mejor manera de definir a Le Mans, y a «Entresemana» en particular, sea una frase del propio Ibon sobre Décima Víctima (¿Quizá Un hombre solo sería el segundo disco más emocionante desde el 78?), palabras que escribió para el recopilatorio «Resumen» (DRO, 1994). Cambiando los nombres de los grupos y los títulos de los discos todo encaja:
Pero lo más importante son las canciones, y Décima Víctima grabaron un montón de canciones clásicas, desde los tics «siniestros» de sus primeros singles hasta la increíble madurez alcanzada en Un hombre solo, su segundo LP. Canciones que trataban temas como la soledad y la separación con una melancolía y una serenidad poco frecuentes. Descubrirlos por primera vez debe ser tan agradable como lo es volver a escucharlos después de todos estos años. Nadie debería perderse esta ocasión.
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