Texto publicado en PopMadrid el 30 de mayo de 2009
Tras la primera mitad del libro, en el que se relata la historia del rock en Bilbao década a década, el resto del agotadísimo libro de Álvaro Heras Gröh, «Lluvia, Hierro y Rock &Roll. Historia del rock en el Gran Bilbao (1958-2008)», no es más que distintas versiones de lo mismo, lo que antes se medía por décadas, en la segunda parte se mide por medios de comunicación, o por estilos musicales. Y en este salto posmoderno el libro no pierde fuelle, aunque sí -claro- sorpresa.
Tras contar la historia de las radios, con Íñigo de estrella nacional, periódicos y revistas, llega la parte más interesante, los fanzines, donde el cutrerío más bochornoso hoy treinta años después está lleno de valor (esto no es solamente en Bilbao, es en toda España). Lo único que se echa en falta, hablar un poco más de internet, que es tanto el heredero de las radios como de los fanzines, aunque en la bibliografía haya un listado de fanzines-e.
Más traído por los pelos, quizá, sea el apartado dedicado a las tribus o estilos musicales, donde parece que se inflan las hojas dedicadas a la escena mod -seguramente la más cara al autor del libro-, porque en realidad, quitando la Barcelona de Brighton 64, creo que no hubo escena mod de ningún tipo en España. Sí que es valiente, en cambio, en hablar de la escena heavy, que sí que es una escena -oculta por los medios- que sigue vibrante en todos lados, y que parece que no existe. Al acabar el libro parece claro que solamente punk y heavy tuvieron entidad en Bilbao.
El homenaje a Eskorbuto, contando sus historietas y su importancia, me parecen muy bien. Al leer el libro repasé en YouTube grabaciones de época del grupo y eran tan malos como necesarios, casi no los conocía. No me extraña que sigan siendo unos héroes.
Bueno, ahora a meterme con el increíble tocho de casi seiscientas páginas «Crónicas de un Vigo Ye-Yé. Historia de los conjuntos músico-vocales vigueses y de su entorno. 1958-1975», que ya solamente de ver las fotos de Los Potes, Los Cirios o Los De2 se me ponen los pelos de punta.