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Enrique Urquijo: Ojos, botellas y traiciones

Texto publicado en PopMadrid 23 de marzo de 2006

Acabo de terminar la biografía de Enrique Urquijo, escrita por Miguel Bargueño para Rama Lama Music, Enrique Urquijo. Adiós tristeza (2005). Cuando la he terminado he puesto el Suena así, de José María Granados, donde las canciones Guárdame un sitio y Mi buen amigo me parecen dedicadas a Enrique por su amigo José María, canciones que a mi entender hubieran encajado perfectamente en tercer disco de Enrique Urquijo y los Problemas (aunque según cuenta el libro su plan era sacar un disco de canciones infantiles).

El libro, interesante por todo, enseña ese Madrid -más próximo a De Cuenca que a Almodóvar– en el que se movían los hermanos Urquijo, la primera guitarra, los conciertos en el colegio, los amigos musicales, los amigos peligrosos, la fama, los amores, la mala suerte, las drogas, los problemas, las resurrecciones, etc. La eterna historia del rocanrol.

El texto no elude las truculencias de la vida del músico madrileño, al contrario, hay momentos en los que parece que llenan por completo las hojas, con un Enrique en plan Gregor Samsa, como todo buen toxicmano, sorbiendo la vida a todo el que le rodea, su familia y amigos (Álvaro merece un monumento), y creando rencillas y desconfianzas con las típicas monomanías, como la que tuvo con su hermano Javier, al que arrinconó a mediados de los ochenta.

Es muy interesante saber la forma en que escribía las canciones, en cualquier trozo de papel que tuviera a mano, ya fueran servilletas o bonobuses (aquellos bonobuses kilométricos de los ochenta), con una letra minúscula, o la desconfianza de las casas de discos y los promotores, que le conocían y temían que montara su espectáculo de tomarse 23 pacharanes antes de actuar y se cayese por el escenario. Parece mentira que entre tanta basura y desastre, entre tanta pelea y borrachera, le diera tiempo a crear tanta canción y tan buena. Para mí sus grandes momentos fueron, de Los Secretos, el primer disco y El primer cruce, y de Enrique Urquijo y los Problemas los dos discos, llenos de versiones perfectas, tanto de viejas canciones suyas como de clásicos de todo pelaje.

Demos un punto positivo a Sabina -tan en números rojos, merecidamente, en esta página- por su admiración hacia Enrique. Como dijo en algún lugar Joaquín: ”Enrique dispara directamente al corazón. No se anda con tonterías.” Creo que eso era exactamente Enrique como compositor.