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Quique González contra Townes Van Zandt

Texto publicado en Jot Down en octubre de 2011

Este verano me llevé para leer en la playa Quique González: Una historia que se escribe en los portales, de Eduardo Izquierdo y editado este mismo año 2011 por 66rpm y A Deeper Blue: The Life and Music of Townes Van Zandt, escrito por Robert Earl Hardy en 2008 para la University of North Texas Press. El primero lo acabé rápido en Galicia y el segundo lo acabo de terminar esta semana en el metro.

A ambos músicos los conocí con retraso, pero ahora soy adicto a los dos. A Van Zandt llegué a través de la versión que Tindersticks hacían de su canción Kathleen, cuando ya había muerto o estaba a punto de hacerlo, y a González no empecé a seguirlo de verdad hasta su cuarto o quinto disco.

Como buenas biografías de músicos, en las portadas aparecen los protagonistas tocando la guitarra, uno de espaldas en un concierto y otro tirado en la cama de un hotel con el bastón al lado y el paquete de tabaco en la mesilla; todo muy clásico.

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Escuela de rock

Texto publicado en PopMadrid el 16 de noviembre de 2008

Es curioso que muchas veces las visiones extremas y humorísticas sean las que mejor reflejan algo, un poco como hizo Lubitsch y su «Ser o no ser» con el nazismo, salvando las distancias, claro, hizo Linklater hace pocos años con el mundo del rock. «Escuela de rock» es la mejor visión del rock que se ha hecho en la historia del cine, y ya ha pasado a formar parte del grupo de películas, con «Fuga de Alcatraz» o «La gran evasión», que, las pongan las veces que las pongan en la televisión, siempre las veo y siempre las disfruto, a pesar de lo excesivo a veces de Jack Black y, sobre todo, del repelente doblaje de Dani Martín, de El canto del loco.

Lo siento mucho por Nick Hornby y su «Alta fidelidad», pero «Escuela de rock» le da mil vueltas. Que la pongan por la tele todos los sábados después de comer, por favor.

Silvio y Sacramento: El último róquer

Texto publicado en PopMadrid el 23 de diciembre de 2005

Con la publicación de los dos discos que Silvio editó en Mano Negra en la década de los 90, FantasÍa occidental y En misa y repicando, se hace un poco de justicia al último y único róquer de verdad que ha existido en España en la historia del rocanrol (quizá Bruno Lomas sería otro).

La obra del roquero sevillano, oculta tras el desaforado personaje que era Silvio, se fundamenta sobre todo en un pilar, sus versiones de clásicos del rock and roll, que, con el barniz semanasantero de Silvio, quedan convertidas en algo así como saetas laicas, al adaptarla letra de estas canciones al imaginario religioso sevillano.

Three steps to heaven, de Eddie Cochran, o la increíble versión de Stand by me -sin duda la mejor que se ha hecho nunca, sobrepasando a la de Ben E. King en varios cuerpos-, destacan sobre las demás, en donde Silvio, con esa dicción a medio camino entre John Lee Hooker, Enrique Morente y Luis Ciges, muestra su poderío como intérprete.

En las composiciones propias destacan Aunque no seas virgen, versionada años más tarde por Los Enemigos en una gran adaptacin, aunque sin la chulería de Silvio, también Las Criaturas, con letra de San Juan de la Cruz o, por ejemplo, Marguerite Margueró, especie de chorrada-rock pseudomediterránea que vale más que toda la obra junta de presuntos dioses de lo mediterráneo -lo mediterráneo, esa estafa- como Lluís Llach o Mikis Theodorakis.

Además de los discos mencionados, la edición incluye un dvd con tres canciones en directo (entre ellas la gran Betis), uno de esos directos alucinantes y dislocados del sevillano, como aquél que vi con un par de amigos en Madrid, en, yo creo, la última vez que tocó en Madrid, en la discoteca Suristán, en abril de 2000. También se incluyen en este vídeo trozos de entrevistas con Jesús Quintero, que convirtió a Silvio en una especie de friqui televisivo, dando a conocer al personaje, pero ocultando al músico. Ahora que alguien reedite su Al este del edén, disco del año 80 que en mi vida he visto ni oído, y que dicen es su obra maestra.

Silvio, que en realidad era Buddy Holly intoxicado de solisombras en Triana, falleció hace cinco años en Sevilla.

Imagen de Gabriel Abril.