Texto publicado en PopMadrid el 27 de noviembre de 2008
Este disco es la sorpresa del año. Tras lo desértico de sus últimos discos, se nos planta Christina Rosenvinge con un tratado pop del que prácticamente no se puede descartar nada. ”Tu labio superior” pasa de un género a otro y Rosenvinge pasa de un registro a otro sin dejar de clavar en el centro de la diana ningún dardo.
Sin ninguna piedad, ataca con la mejor cancin del disco, la primera, La distancia adecuada, canción afrancesada en su mejor acepción, donde Rosenvinge se muestra traviesa, retozona y, al fin, sexy, ”tal vez no debí dejar que jugaras con mi falda”. Es increíble que sea el único artista español -ya desaparecido Carlos Berlanga– que puede decir ”jersey de Prada” en una canción y que no quede falso. Preciosos los coros finales de Nacho Vegas y la guitarra cristalina que acompaña a toda la canción.
La parte más rock del disco la representa la octava canción, Tres minutos, macarrada guitarrera y punkarra cantada con una chulería que recuerda mucho a Burning, lo que encumbra a Christina Rosenvinge más si cabe. ”Estoy en tu portal planeando una atrocidad” y otras frases podan entrar perfectamente en el repertorio del mítico grupo de La Elipa. Con la primera canción es lo mejor del disco y lo mejor de su carrera.
Dejando atrás las dos chef-d’œuvre indiscutibles de ”Tu labio superior”, el resto del disco se pasea entre la épica truculenta y turbia, más Vegas y más Gainsbourg, o el primer disco de Tindersticks, que representarían Eclipse y Alta tensión; la oración urbana Las horas, con su bellísima letra de dudas y distancias con frases como ”si por la noche me quieres querer, estaré limpia, y sabré lo que hacer”; la sección baladas, compuesta con la fragil Nadie como tú y la preciosa Animales vertebrados, que, entre Satie y las inevitables -por supuesto- Vainica Doble, presenta una Christina Rosenvinge que canta ese estribillo como nunca ha cantado antes, con dolor, amor y esperanza; y Negro cinturón, donde vuelven las travesuras de la primera canción, esta vez orientada hacia el cabaret-folk, y que es otro de los puntos álgidos del disco.
El sendero desbrozado por ”Tu labio superior” debería ser un faro que nos iluminara a todos y nos llevara por el buen camino musical durante esta Navidad que nos acecha.
Uno de los últimos amigos del MySpace de PopMadrid que he escuchado con interés y que me ha encantado ha sido el grupo de estadounidense The Major Labels, trío formado por Mike Viola -anteriormente en The Candy Butchers-, Bleu y Ducky Carlisle, que practican un powerpop perfecto, como ellos dicen ”an authentic mix of 60’s/70’s am radio” con influencias confesadas de McCartney, Nilsson, XTC o 11CC. Suenan a la parte más beatle del powerpop, como Cotton Mather o The Winnerys.
Espanto pertenece a ese extraño paquete de grupos y músicos que podra llamarse underground del indie, una oculta película de grupos que tendrían como mago de Oz a Patrullero Mancuso y su desparpajo surrealista antipoético. ”Cantando en tu siesta”, el disco de Espanto, ilumina una habitación como poco discos lo hacen este año.
Me acerqué ayer con un amigo a rendir pleitesía a Josele Santiago, que tocaba en el incomodsimo Galileo junto con Vilma y los Señores, de los que solamente llegamos a un par de intensas salmodias post-folk que escuchamos mientras pedíamos unos botellines y terminábamos de despellejar a Mijatovic, y Coque Malla, siempre interesante en todo lo que hace, menos en dejarse bigote, que tocó tras Josele unas cuantas canciones, entre ellas una bellísima ranchera que le hubiera gustado mucho a Gram Parsons y a Enrique Urquijo, y que me convenció tanto que voy a rebuscar sus dos discos en solitario en los cajones de saldos.
Es curioso que muchas veces las visiones extremas y humorísticas sean las que mejor reflejan algo, un poco como hizo Lubitsch y su «Ser o no ser» con el nazismo, salvando las distancias, claro, hizo Linklater hace pocos años con el mundo del rock. «Escuela de rock» es la mejor visión del rock que se ha hecho en la historia del cine, y ya ha pasado a formar parte del grupo de películas, con «Fuga de Alcatraz» o «La gran evasión», que, las pongan las veces que las pongan en la televisión, siempre las veo y siempre las disfruto, a pesar de lo excesivo a veces de Jack Black y, sobre todo, del repelente doblaje de Dani Martín, de El canto del loco.
Cualquier disco de recopilatorio, y más si es de presentación en vez de grandes éxitos sacacuartos, es excesivo e irregular por naturaleza, y este que ha sacado Dro para presentarnos al grupo argentino Miranda! no poda ser menos. Canciones de ”Es mentira” (2002), ”Sin restricciones” (2004) o ”El disco de tu corazón” (2007) se mezclan con un par de canciones nuevas y remezclas y se aprietan es este disco del grupo de Ale Sergi. Veinte canciones para cualquier disco son demasiadas, pero ”El templo del pop” tiene tantos trozos irresistibles que hacen del disco un producto indispensable si a uno le apetece mover la tibia y el peroné. Y como encima han logrado que una de las mejores, Enamorada, sea la cabecera de esa basura de serie llamada «Lalola» pues los conoce todo el mundo.
Ayer por la noche me pasé por el Moby Dick para ver a The New Raemon, a quien no había visto nunca en directo, ni en esta ni en ninguna otra de sus encarnaciones. Y me gustó mucho. Mucho su música y su actitud en el escenario, y mucho también que hubiera gran cantidad de gente en la sala.