Texto publicado en Jot Down en octubre de 2011
Este verano me llevé para leer en la playa Quique González: Una historia que se escribe en los portales, de Eduardo Izquierdo y editado este mismo año 2011 por 66rpm y A Deeper Blue: The Life and Music of Townes Van Zandt, escrito por Robert Earl Hardy en 2008 para la University of North Texas Press. El primero lo acabé rápido en Galicia y el segundo lo acabo de terminar esta semana en el metro.
A ambos músicos los conocí con retraso, pero ahora soy adicto a los dos. A Van Zandt llegué a través de la versión que Tindersticks hacían de su canción Kathleen, cuando ya había muerto o estaba a punto de hacerlo, y a González no empecé a seguirlo de verdad hasta su cuarto o quinto disco.
Como buenas biografías de músicos, en las portadas aparecen los protagonistas tocando la guitarra, uno de espaldas en un concierto y otro tirado en la cama de un hotel con el bastón al lado y el paquete de tabaco en la mesilla; todo muy clásico.
Seguir leyendo en Jot Down.
Conocí a este músico tejano a través de la versión de Kathleen que hicieron Tindersticks al inicio de su carrera. Tras quedar absolutamente fascinado por esa canción, me hice con la caja «Texas Troubadour», que contiene sus discos de los 70, y que me descubrí uno de los músicos más sinceros que he escuchado nunca.